La primera sesión
Las
diez brevísimas películas de diecisiete metros que componían los
primeros programas presentados por los Lumiére mostraban imágenes
absolutamente vulgares e inocentes. Películas que, barajando unas
pocas variantes, ofrecían temas bien prosaicos:
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La salida de los obreros de la fábrica Lumiére
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Riña de niños
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Los fosos de las Tullerías
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La llegada del tren
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El regimiento
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El herrero
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Partida de naipes
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Destrucción de las malas hierbas
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La demolición de un muro
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El mar
Como puede verse, nada nuevo ni nada extraordinario ofrecían estos
temas, propios del repertorio de cualquier fotógrafo aficionado de
la época. Pero, a pesar de ello, el impacto que causaron aquellas
cintas en el ánimo de los espectadores fue tan grande que al día
siguiente los diarios parisinos se deshacían en elogios ante aquel
invento y un cronista, víctima de una alucinación, elogiaba la
autenticidad de los colores de las imágenes.